sábado, 12 de marzo de 2016

Preparando el Camino a la Tierra Prometida/DEUTERONOMIO (Parte IV) - [Dt 19 al 25]

(Nota: Los párrafos en negrita son un resumen de los versículos bíblicos que se están estudiando (identificados al pie de cada párrafo); los textos en cursiva son los comentarios que surgen a partir de esos textos. Para ir al link de respaldo bíblico o de apoyo, hacer click en los enlaces.)


[Comenzar en Deuteronomio Parte I]


CIUDADES DE REFUGIO


Continuó Moisés hablando a Israel, diciendo que, una vez que tomen posesión de la tierra que Dios les dará en herencia, y habiten en ella, deberán apartar tres ciudades para refugio, a donde podrá dirigirse y cobijarse cualquiera que dé muerte por accidente al prójimo, es decir, cualquiera que, no existiendo motivo de discordia entre los involucrados, por un hecho fortuito, causara la muerte de otro. La finalidad de la ciudad de refugio es poner a salvo al que cometió homicidio involuntario, evitando que los familiares del difunto le den alcance, e intenten vengar su muerte, causando el deceso de otro inocente. Por el contrario, si alguno que, por venganza o enemistad, diere muerte a su prójimo, y huyere a una de estas ciudades, los ancianos de la ciudad lo enviarán a buscar, y lo entregarán al vengador para que se haga justicia, pues, el asesino actuó con premeditación.  (19:1-13)

* A veces, involuntariamente, podemos vernos envueltos en accidentes que pueden terminar con la vida de otra persona, y luego de un juicio, probablemente salir absueltos. Sin embargo, cuando se trata de la vida eterna, no podremos ser declarados sin culpa si alguien no tiene la vida, debido a que omitimos hablarles del evangelio de la salvación en Jesucristo. "No hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos" (Hch 4:12); "El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él" (Jn 3:36).
 
El profeta Ezequiel habló sobre la misión del atalaya, que es advertir de las amenazas que se ciernen sobre los habitantes de una ciudad para que no mueran. Cada uno de nosotros es un atalaya dondequiera que Dios nos ponga, y, si bien es cierto, el pecador no arrepentido morirá por su pecado, se nos pedirá cuenta si no le hemos advertido que sus caminos lo estaban conduciendo a la condenación eterna, y por no haberle enseñado el camino a la salvación eterna. Dijo el Señor: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí" (Jn 14:6).

También dice que, si el atalaya da aviso, pero el que fue avisado desecha la advertencia, entonces el atalaya quedará libre de culpa, pero el que hizo caso omiso, pagará por su rebeldía. Así dice la Palabra: "Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas." (Jn 3:19).


Con respecto a las propiedades que heredarán, no se permitirá alterar los límites que estaban fijados desde antes, perjudicando al vecino. (19:14)

* La Palabra de Dios es eterna e inmutable, y nadie tiene permiso para alterarla en ninguna de sus partes. "No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno". (Dt 4:2); "No añadas a sus palabras, para que no te reprenda, y seas hallado mentiroso" (Pr 30:6); "Si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro" (Ap 22:19).

Toda la Escritura fue inspirada por Dios, y dada a los santos (es decir a los hijos de Dios por la fe en Jesucristo) para prepararlos para toda buena obra. Leemos en la carta a los Efesios que la iglesia se edifica "sobre el fundamento de los apóstoles [Nuevo Testamento] y profetas [Antiguo Testamento], siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor" (Ef 2:20).


EL USO DE TESTIGOS EN ACUSACIONES


No se tomará en cuenta una acusación presentada por un solo testigo. Para que se inicie cualquier litigio, se debe contar con el testimonio de dos o tres personas. Cuando se presente una acusación, vendrán los litigantes con sus testigos delante de Jehová, y de los sacerdotes y jueces que estén en funciones por ese tiempo, quienes inquirirán en profundidad. Si resulta que el testigo era falso, él mismo recibirá el castigo que estaba demandando; además, su castigo será público, de modo que el pueblo tema, y no repita acto semejante. Sin compasión, al condenado se le demandará pagar: vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie. (19:15-21)

* La Ley de Moisés tenía mandatos muy duros e incomprensibles para nosotros, pero que obedecían a la maldad imperante en el mundo en aquel tiempo. Lo sabemos, porque Jesús, cuando los fariseos le preguntaron acerca del divorcio, respondió: "Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así" (Mt 19:8).
 
Sin embargo, cuando el Reino de Dios se acercó a la tierra por medio de Jesucristo, a diferencia de lo que dictaba la Ley mosaica, el Señor enseñó que no hay que resistir al malo, sino vencer el mal haciendo el bien. Dijo el Señor "Ustedes han oído que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente”. Pero Yo les digo: no resistan al que es malo; antes bien, a cualquiera que te abofetee en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. Al que quiera ponerte pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa. Y cualquiera que te obligue a ir un kilómetro, ve con él dos. Al que te pida, dale; y al que desee pedirte prestado, no le vuelvas la espalda" (...) "Yo les digo: amen a sus enemigos y oren por los que los persiguen, para que ustedes sean hijos de su Padre que está en los cielos; porque Él hace salir Su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos (Mt 5:38-42, 44-45 NBLA).

Pablo también enseñó cómo debemos actuar frente al enemigo: "No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal". (Ro 12:19-21).

También la Escritura nos enseña que "la dulzura de palabras aumenta la persuasión" (Pr 16:21 NBLA), es decir, si respondemos a un ataque con ira, no recibiremos sino ira de regreso, pero, si nuestras palabras son dichas con dulzura, hay mayor probabilidad de que lo que digamos guíe a esa persona al arrepentimiento.


LA EXHORTACIÓN A SER FUERTE Y VALIENTE


Moisés llama a los hijos de Israel a no temer al enemigo cuando salgan en guerra, aunque éste parezca más poderoso, porque Jehová va con ellos para pelear las batallas. Cuando llegue el momento, el sacerdote se dirigirá al pueblo, diciendo: "Oye, Israel, vosotros os juntáis hoy en batalla contra vuestros enemigos; no desmaye vuestro corazón, no temáis, ni os azoréis, ni tampoco os desalentéis delante de ellos; porque Jehová vuestro Dios va con vosotros, para pelear por vosotros contra vuestros enemigos, para salvaros". Asimismo, los oficiales se encargarán de eximir de ir a la guerra a todo varón que, habiendo edificado casa, aún no la haya estrenado; o al que haya plantado viña y no la haya disfrutado; o al recién casado que no haya consumado su matrimonio, para evitar que, en caso de que muera, sea otro quien tome su lugar y disfrute de lo que dejó pendiente. También si hay alguno cobarde, es mejor que no vaya a la guerra, pues, puede desanimar al resto de sus compañeros(20:1-9).

Martín Lutero decía que no puedes evitar que los pájaros vuelen sobre tu cabeza, pero sí puedes evitar que hagan nido en ella, refiriéndose a aquellas ideas pecaminosas que rondan nuestros pensamientos, y que, si no las frenamos, pueden hacernos pecar. A veces, nuestro mayor enemigo está en el pecado remanente en los miembros de nuestros cuerpos. Por eso, cuando aceptamos con mansedumbre y humildad el regalo de la gracia del arrepentimiento, y decidimos comenzar a vivir para Cristo, necesitamos ser muy fuertes y valientes, porque habrá momentos en que nuestra integridad será puesta a prueba, y deberemos estar firmes para no resbalar. Dice la Escritura que, "cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte" (Stg 1:14-16). 
 
Pero no hay que temer, pues, ahora que estamos en Cristo, el Espíritu de Dios mora en nosotros y nos da poder para vencer ese pecado remanente. La Palabra de Dios dice: "Sabemos que lo que antes éramos fue crucificado con Cristo, para que el poder de nuestra naturaleza pecadora quedara destruido y ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado. Porque, cuando uno muere, queda libre del pecado" (...) "Pues Cristo, al morir, murió de una vez para siempre respecto al pecado; pero al vivir, vive para Dios. Así también, ustedes considérense muertos respecto al pecado, pero vivos para Dios en unión con Cristo JesúsPor lo tanto, no dejen ustedes que el pecado siga dominando en su cuerpo mortal y que los siga obligando a obedecer los deseos del cuerpo. No entreguen su cuerpo al pecado, como instrumento para hacer lo malo. Al contrario, entréguense a Dios, como personas que han muerto y han vuelto a vivir, y entréguenle su cuerpo como instrumento para hacer lo que es justo ante él" (Ro 6:6-7, 10-13 DHH).

** Aquí vemos cómo Dios cuidaba de su pueblo fiel, y quería que cada uno de sus hijos disfrutara de lo que había construido, eximiendo de ir a la guerra a los que no habían aún tenido oportunidad de probar lo que habían logrado, o de disfrutar a su mujer, si estaba recién casado. Sin embargo, más adelante veremos que una de las maldiciones que traía la rebelión a la ley de Jehová decía: "te desposarás con mujer, y otro varón dormirá con ella; edificarás casa, y no habitarás en ella; plantarás viña, y no la disfrutarás" (Dt 28:30). 

 *** El miedo puede ser contagioso. Un creyente miedoso es uno que no ha sido perfeccionado en la fe, porque la fe es la confianza en que Dios está en control, y que, sin importar las circunstancias o las amenazas que se ciernen, el Señor hará que todo obre para bien, según sus propósitos eternos. En la iglesia, es importante que los hermanos más maduros en la fe estén siempre atentos a los nuevos creyentes, acompañándolos durante sus procesos, a fin de que su fe no decaiga, enseñándoles a perseverar en la oración, y a reconocer el mover de la mano del Señor en cada situación.
 
No hay gigante a nuestros ojos que el Dios Todopoderoso no pueda derribar. Temer a los gigantes de este mundo es el resultado de haber quitado los ojos de nuestro Redentor, que va delante de nosotros, también protegiendo nuestras espaldas, y cubriendo nuestras cabezas en todo momento. 

 

CONQUISTANDO LA TIERRA PROMETIDA


Jehová manda que, cuando vayan a combatir una ciudad, antes de atacarla, deberán hacer una oferta de paz a sus habitantes. Si la aceptan, todos serán hechos súbditos, pero si la rechazan, deberán matar a todos los varones a filo de espada; pero a las mujeres y niños, así como los animales y todos los bienes de la ciudad, podrán ser tomados como botín de guerra. Esto será con las ciudades lejanas. Pero en cuanto a las ciudades que Dios les dará en herencia, deberán matar a todos sus habitantes; de lo contrario, ellos les harán hacer cosas abominables. Asimismo, si al atacar una ciudad, la batalla se prolonga, no deben cortar los árboles que dan frutos, pues, les servirán de alimento. En cuanto a los árboles conocidos por no dar frutos, podrán talarlos y usar la madera para construir todo lo necesario para la guerra(20:10-20). 

* Cuando el Espíritu Santo nos regenera, nacemos a una nueva vida. Antes éramos esclavos de nuestros deseos pecaminosos, pero Cristo desató ese yugo, y ahora nos está ofreciendo una vida en el espíritu.
 

** En las Escrituras, a veces el árbol se usa para simbolizar personas. Un árbol que da frutos es aquella persona que, aunque nueva en la fe, con un buen discipulado, y si persevera en buscar a Dios diariamente en Su Palabra, puede llegar a dar preciosos frutos para el reino. Pero también hay árboles que, lamentablemente, sólo sirven para hacer leña de ellos, es decir, personas que, aunque creen, no se arrepienten de su pecado, por tanto, no podrá dar fruto, porque no tiene el Espíritu Santo morando en su interior, que es quien va transformando el corazón antes endurecido.


PROFUNDIZANDO EN ALGUNAS LEYES


Moisés continúa ahondando en diversas ordenanzas, destinadas a ir perfeccionando el andar de Israel.

Sobre Muertos


Si en la tierra que van a recibir sucede que encuentran un muerto, del cual no se sabe quién lo mató, los ancianos y jueces medirán la distancia entre el cadáver y la ciudad más cercana al lugar en que fue hallado, y esa ciudad deberá tomar una becerra que no haya llevado yugo, y quebrar su cerviz en un valle que nunca haya sido arado, ante la presencia de los hijos de Leví. Allí los ancianos de la ciudad lavarán sus manos sobre la becerra, diciendo: "Nuestras manos no han derramado esta sangre, ni nuestros ojos lo han visto. Perdona a tu pueblo Israel, al cual redimiste, oh Jehová; y no culpes de sangre inocente a tu pueblo Israel". De esa manera será quitada la culpa por la sangre derramada en medio del pueblo. (21:1-9)

* La iglesia local juega un importante rol dentro de la comunidad cristiana. Todas las congregaciones tienen un solo Buen Pastor que es Jesucristo el Señor; sin embargo, Él ha delegado la responsabilidad de apacentar sus ovejas en líderes dentro de cada congregación. Los primeros, fueron los profetas y apóstoles, cuyas enseñanzas son el fundamento de la doctrina cristiana, "siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor" (Ef 2:20-21). Asimismo, el Señor constituyó a evangelistas, pastores y maestros, que "tienen la responsabilidad de preparar al pueblo de Dios para que lleve a cabo la obra de Dios y edifique la iglesia, es decir, el cuerpo de Cristo. Ese proceso continuará hasta que todos alcancemos tal unidad en nuestra fe y conocimiento del Hijo de Dios que seamos maduros en el Señor, es decir, hasta que lleguemos a la plena y completa medida de Cristo" (Ef 4:12-13 NTV).

Con todo, es responsabilidad de cada miembro de la congregación llevar el evangelio a toda persona que el Señor ponga en su camino, y discipular a aquéllos que reciben la buena noticia con entusiasmo; "entonces ya no seremos inmaduros como los niños. No seremos arrastrados de un lado a otro ni empujados por cualquier corriente de nuevas enseñanzas. No nos dejaremos llevar por personas que intenten engañarnos con mentiras tan hábiles que parezcan la verdad. En cambio, hablaremos la verdad con amor y así creceremos en todo sentido hasta parecernos más y más a Cristo, quien es la cabeza de su cuerpo, que es la iglesia. Él hace que todo el cuerpo encaje perfectamente. Y cada parte, al cumplir con su función específica, ayuda a que las demás se desarrollen, y entonces todo el cuerpo crece y está sano y lleno de amor" (Ef 4:14-16 NTV).

Si todos cumplimos con nuestro papel como cristianos, estaremos siendo luz en medio de las tinieblas; así cuando el Señor nos demande cuentas sobre la misión que nos dio, de llenar la tierra con el evangelio, no tendremos que avergonzarnos, ni lamentar la pérdida de almas por causa de nuestra negligencia.

 

Sobre Uniones Matrimoniales con Mujeres Cautivas


Si, de entre los enemigos que Jehová les haya entregado en sus manos en guerra, algún hijo de Israel quisiera tomar por esposa a una de las mujeres cautivas, la llevará a su casa, y ella rapará su cabeza, y cortará sus uñas, se quitará el vestido de cautiva, y podrá hacer luto por su padre y su madre un mes entero. Pasado ese tiempo, el varón podrá tomarla como esposa. Si por algún motivo, no se agradara de ella, deberá dejarla en libertad, y no podrá venderla, ni dejarla como esclava, por haber sido ella humillada por él  (21:10-14).

* El mandato del Señor es a no unirnos en matrimonio con los incrédulos. Dice la Palabra:  "No estén unidos en yugo desigual con los incrédulos, pues ¿qué asociación tienen la justicia y la iniquidad? ¿O qué comunión la luz con las tinieblas? ¿O qué armonía tiene Cristo con Belial? ¿O qué tiene en común un creyente con un incrédulo? ¿O qué acuerdo tiene el templo de Dios con los ídolos? Porque nosotros somos el templo del Dios vivo, como Dios dijo: «Habitaré en ellos, y andaré entre ellos; y seré su Dios, y ellos serán Mi pueblo" (2Co 6:14-16 NBLA).
 
No obstante lo anterior, y sin ánimo de contradecir el mandato del Señor, Él también nos llama a ser luz en medio de las tinieblas. La experiencia en la iglesia nos dice que no son pocos los (as) cristianos (as) que han conocido a su futuro (a) cónyuge en ámbitos seculares, y les han anunciado el evangelio de la salvación en Cristo; entonces, la persona, que antes era incrédula, llega al Señor gracias a la intervención de ese creyente. Pero esto se debe hacer antes de entrar en una relación amorosa con esa persona, de modo de no correr el riesgo de que el incrédulo influya negativamente en el creyente. Si el incrédulo se convierte a Cristo, sólo entonces es tiempo de intentar una relación de pareja entre ambos. Pero si el incrédulo rechaza a Cristo, el creyente debe salir de ahí, porque si esa relación crece y permanece, mayor probabilidad hay de que el incrédulo afecte la vida espiritual del creyente que al revés.

En cuanto a las personas que han conocido a Cristo estando casados, pero su cónyuge se rehúsa a oír del evangelio, hay consejo sobre el tema en las cartas apostólicas (ver 1Co 7:12-16; 1Pe 3:1-2).


Sobre Primogenitura


Si alguien tiene dos esposas, una amada, y la otra repudiada, y ambas le dan hijos, pero el primogénito es de la repudiada, no podrá transferir los derechos de primogenitura al primer hijo de la mujer amada, por cuanto el primer hijo de la mujer repudiada es hijo fruto del principio del vigor del padre. (21:15-17).

* Sabemos que Jehová llamó "mi primogénito" al pueblo de Israel. Aún cuando el primer pacto fue quebrantado por causa de la permanente rebelión de Israel, "irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios" (Ro 11:29), y su fidelidad es para siempre. 

Si bien es cierto, no toda la nación de Israel será salva, "no ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció" (Ro 11:2); y "aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia" (Ro 11:5), al cual está llamando junto a los gentiles. En otras palabras, el remanente de Israel escogido por gracia está en igualdad de condiciones que los gentiles escogidos por gracia; es decir, "todos están bajo pecado" y "están destituidos de la gloria de Dios(Ro 3:9, 23), "porque Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos" (Ro 11:32).

La fidelidad de Dios para con Israel se muestra también en que el ministerio terrenal de Jesús el Mesías estaba dirigido a los judíos, no al resto de las naciones (aunque tuvo compasión de todos por igual): "No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel" (Mt 15:24), dijo el Señor. Sólo después de su muerte y resurrección, se comenzó a predicar a los gentiles, ministerio entregado al apóstol Pablo. No obstante, a los primeros que Jesús visitó después de su resurrección fue a los de su pueblo según la sangreSobre la preeminencia del pueblo judío por sobre el resto de las naciones hay abundante testimonio, a lo menos, en los primeros nueve capítulos del libro de los Hechos, donde se habla principalmente de lo que ocurría en medio del pueblo judío. Pedro, dirigiéndose a los hijos de Israel, les dice: "Ustedes son los hijos de los profetas y del pacto que Dios hizo con sus padres, al decir a Abraham: “Y en tu simiente serán benditas todas las familias de la tierra”. Para ustedes en primer lugar, Dios, habiendo resucitado a Su Siervo, lo ha enviado para que los bendiga, a fin de apartar a cada uno de ustedes de sus iniquidades" (Hch 3:25-26 NBLA). Más adelante, vemos a Pablo y Bernabé, decir a los judíos: "A vosotros a la verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios; mas puesto que la desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles" (Hch 13:46).

La iglesia no es el plan B de Dios, sino la continuidad de lo que comenzó con la promesa hecha a Abraham, el patriarca de los judíos, porque "la salvación viene de los judíos" (Jn 4:22), pero estaba destinada a alcanzar a todas las naciones, y Jesús es el cumplimiento de esa promesa. Dice la Escritura: "Sabed, por tanto, que los que son de fe, estos son hijos de Abraham. Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham" (Ga 3:7-9. Ver Ga 3:16, entre otros).


Sobre Hijos Desobedientes


Si un hijo es contumaz y rebelde, y no obedece la voz de su padre y de su madre, y aun habiéndole castigado persevera en su desobediencia, deberá ser arrastrado por sus padres afuera, hasta la puerta de la ciudad, y ante la presencia de los ancianos, lo acusarán de ser contumaz y rebelde, y de no obedecer, y ser glotón y borracho. Entonces, todos los hombres lo lapidarán hasta la muerte. Así se quitará el mal de en medio de Israel, y todos oirán y temerán. (21:18-21)

* Cristo dijo: "Si alguno viene a mí y no me ama más que a su padre, a su madre, a su esposa, a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, y aun más que a sí mismo, no puede ser mi discípulo" (Lc 14:26 DHH). Los padres debemos orar siempre por la salvación de nuestros hijos, pero nunca permitir que ellos afecten nuestra comunión con el Señor. Si ellos, siendo cristianos o no, viven vidas desordenadas, no debemos ser condescendientes, pues, los hijos deben respetar y honrar a sus padres, y nuestro deber es hacer que se sujeten a las reglas que, según la Palabra de Dios, se han impuesto en nuestros hogares. "¡Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres!" (Hch 5:29 NVI).
 
Con todo, sin dejar de tener mano firme, el amor debe gobernar nuestras acciones, por lo que debemos cuidar de tener siempre presente los mandatos del Señor respecto a la crianza de los hijos, que dicen: "Padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor" (Ef 6:4); y "no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten" (Col 3:21).

 

Sobre Colgado en un Madero


Si alguno comete un crimen digno de muerte, deberá ser colgado en un madero, pero no deberá quedar su cuerpo colgado durante la noche, sino que debe ser enterrado el mismo día, porque "maldito por Dios es el colgado", y no se debe contaminar la tierra que Dios les dio como herencia (21:22-23).

* Ser colgado en un madero estaba destinado para crímenes realmente graves, tanto, que el mandato era no dejar que el cuerpo del criminal quedara colgado toda la noche, a fin de no contaminar la tierra, sino que había que enterrarlo el mismo día.
 

 

Varios Mandatos (22:1-12)


Cualquiera que hallare extraviado un animal o pertenencia de un hermano, lo devolverá a su dueño. Tampoco negará la ayuda al hermano que la requiera (1-4). Es abominación a Jehová el hombre que vista ropa de mujer, y la mujer que vista ropa de hombre (5). Si al ir por el camino, alguien encuentra un nido, de cualquier tipo de ave, y la madre echada sobre los polluelos o los huevos, no deberá tomar a la madre con los polluelos, sino que echará a la madre, y podrá tomar los polluelos y los huevos. Haciendo así, le irá bien y prolongará sus días sobre la tierra (6-7). Cuando edifiquen casas, pondrán protección en los terrados, para evitar que alguien caiga, y se derrame sangre (8). Al sembrar una viña, deberán hacerlo con un solo tipo de semilla, para evitar que se eche a perder toda la producción (9). No deberán arar con buey y con asno juntamente (10). Tampoco vestirán ropa mezcla de lana y lino (11). Los mantos con que se cubran deberán llevar flecos en las cuatro puntas (12). 

* La Palabra de Dios tiene aplicación eterna. No está sujeta al paso del tiempo, es decir, no pasa de moda, ni queda obsoleta. Los que cambiamos somos los seres humanos, y en la medida que pasa el tiempo, es evidente que más nos alejamos de la ley de Dios. No hablamos específicamente de la ley de Moisés, sino del consejo de Dios comprendido en toda su Palabra, es decir, Antiguo y Nuevo Testamentos. Las ordenanzas de este capítulo van desde prácticos consejos para hacer las cosas bien, hasta una prohibición que no deja de llamar la atención, pero que es enfática: "No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace" (v.5).

En los tiempos que corren, referirse al tema es un asunto delicado, porque el engaño ha proliferado de manera incontenible. La Verdad ha sido tergiversada, y no pocos la han creído. Pero lo cierto es que la Biblia sólo habla de dos sexos: hombre y mujer, y no sólo eso, es muy clara en rechazar la homosexualidad 

** En las Escrituras, muchas veces, los temas se abordan de manera muy clara, como en lo expuesto en los párrafos previos; en otras, los mensajes vienen ocultos en un misterio. En los versículos 9-11, se dice que no se deben mezclar semillas al sembrar una viña; tampoco se debe arar con buey y con asno a la vez; ni tampoco deben vestir ropa mezcla de lino con lana. Son consejos prácticos para la vida diaria, pero también nos hablan de que un creyente no debe mezclar lo sagrado con lo profano en su andar, para que no tropiece y caiga de la Gracia que es en Cristo.

Previamente, cuando hablamos de la prohibición de unirse en matrimonio con un incrédulo, citamos una porción de la segunda carta de Pablo a los corintios, donde aborda ese tema. A continuación, el apóstol hace un enfático llamado a limpiarnos de toda contaminación de carne y espíritu, diciendo: "Por lo tanto, el Señor dice: «Salgan de en medio de ellos, y apártense; y no toquen lo inmundo; y yo los recibiréY seré un Padre para ustedes, y ustedes serán mis hijos y mis hijas.» Lo ha dicho el Señor Todopoderoso. Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios". (2Co 6:17-18; 7 RVR/60).



Sobre Castidad (22:13-30):


Si alguno, después de tomar una mujer por esposa, y allegarse a ella, la rechaza, argumentando que no era virgen, mas los padres de la rechazada traen pruebas a la puerta de la ciudad,  delante de los ancianos, de que ella sí lo era, él que hizo la acusación será castigado con una multa, y nunca podrá divorciarse de ella. Pero, si resulta que efectivamente la mujer no era virgen, ésta será apedreada hasta morir en la puerta de la casa de su padre (13-21). Si se sorprende a un hombre acostado con una mujer casada, ambos serán lapidados hasta la muerte (22). Si se descubre que un hombre se acuesta con una mujer virgen comprometida con otro varón, ambos serán llevados a la puerta de la ciudad y lapidados, ella por no haber gritado ante el ataque, y él por haberse aprovechado de ella; pero, si él la forzó, y ella hizo todo para defenderse de la violación, sólo morirá él, y ella será tenida por víctima inocente (23-27). Si un hombre toma a una mujer virgen no comprometida, y es descubierto, deberá indemnizar al padre de la joven, y ella será su mujer para siempre (28-29). Por último, ninguno podrá acostarse con la mujer de su padre, ni profanar su lecho (30).

 

Los que No Serán Admitidos en la Congregación


No entrará a la congregación ninguno que haya sido castrado o al que se le haya amputado su miembro viril. Ningún bastardo, hasta la décima generación podrá entrar a la congregación. Ningún moabita ni amonita, hasta la décima generación, podrá entrar a la congregación, por no haber recibido a los hijos de Israel con agua y pan cuando salieron de Egipto, y por haber contratado a Balaam para maldecirlos, aunque no lo pudo hacer, porque el Señor, por amor a Israel, cambió la maldición en bendición. No se les deberá procurar la paz ni prosperidad jamás. En cuanto a los edomitas y egipcios, no los aborrecerán, porque los primeros son sus hermanos, y a los segundos, por cuanto Israel fue extranjero en su tierra. Los descendientes desde la tercera generación podrán ser admitidos en la congregación. (23:1-8)

* Podríamos preguntarnos: ¿Por qué no se permitiría el ingreso a la congregación del varón que sufrió amputación de su miembro viril?  Si bien es cierto, la ley se aplicó literalmente en ese tiempo, ésta, como tantas otras ordenanzas, también encierra un misterio, que la misma Palabra de Dios se encarga de aclarar. Por ejemplo, la virilidad, en la Biblia, en ocasiones, se asocia a una persona virtuosa e íntegra. En el Antiguo Testamento, la palabra hebrea que se traduce "varonilmente" en el libro de Números, cuando dice: "E Israel se portará varonilmente" (Nm 24:18 RVR), es la misma que se traduce como "virtuosa" para referirse a la mujer en Proverbios 31:10En la primera epístola a los corintios, Pablo se dirige a la iglesia diciendo: "Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos" (1Co 16:13 RVR). En otras palabras, el mensaje en forma de misterio no está dirigido a los amputados físicamente, sino a los que no son íntegros en su vida diaria. Como lo expresa el escritor de la carta a los hebreos: si decimos ser cristianos, debemos procurar "vivir en... santidad, sin la cual nadie verá al Señor" (He 12:14 RVR).

En cuanto a que no se permitirá el ingreso de un bastardo (que no es hijo legítimo) a la congregación, el misterio lo devela el evangelio de san Juan, cuando dice que Jesús "a lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios" (Jn 1:11-13 RVR). En otras palabras, ninguno que rechace al Hijo de Dios como su Salvador verá el reino de Dios, y son considerados bastardos, porque sólo por la fe en Cristo somos hechos hijos de Dios

 

Leyes Sanitarias


Cuando salgan a combatir contra los enemigos, deberán guardarse de toda cosa impura. Si en el campamento hubiera un hombre que, por causa de emisión nocturna, se volviera impuro, deberá salir del campamento, y no volver hasta el atardecer. Entonces se bañará con agua, y podrá volver al ponerse el sol. En cuanto a las necesidades fisiológicas, deberán escoger un lugar fuera del campamento, y usar una pala para cavar, y para cubrir el excremento. No debe haber nada indecente que aparte a Jehová de en medio del campamento, que es lugar santo, porque Jehová se pasea en medio de su pueblo para librar a Israel de sus enemigos y derrotarlos. (23:9-14)

* Pablo dijo en una de sus epístolas que, todo lo que antes consideraba valioso en su vida, ahora que conocía a Cristo, lo consideraba "estiércol" (ver Fil 3:7-9). Cuando nos rendimos a Cristo, el Espíritu Santo transforma nuestra cosmovisión por medio de la Palabra de Dios, entonces comenzamos a ver las cosas en su verdadera dimensión; es decir, lo que antes teníamos en alta estima, nos damos cuenta que no son más que banalidades, que, como señala la Escritura que estamos estudiando, igual que el estiércol, deben quedar enterradas, para dejar espacio en el corazón a los verdaderos tesoros espirituales, que son las cosas que no se ven
 

Leyes Humanitarias (23:15-25)


Si un esclavo que huye de su amo llega pidiendo ser recibido, no lo devolverán ni lo oprimirán, sino que le permitirán vivir en medio del pueblo, donde se sienta cómodo (15). No habrá rameras ni sodomitas en medio del pueblo, ni tampoco se admitirá el dinero recibido por sus servicios como pago por votos en la casa de Jehová, porque es abominación a Jehová lo que hacen y lo que reciben por hacerlo (16-18). No deberán exigir intereses a los hermanos por cualquier concepto, a fin de que les vaya bien en todo lo que hacen. En cambio, sí podrán exigirlos de los extranjeros (19-20). Toda promesa hecha a Jehová deberá cumplirse, pagando la ofrenda voluntaria que se prometió con las propias palabras salidas de los labios (21-23). Si entran en la viña de un hermano, podrán comer uvas hasta saciarse, pero no podrán recogerlas en canastos. Asimismo, si entran en la mies de un hermano, podrán arrancar espigas con la mano, pero no meterá la hoz en la cosecha (24-25).

* Día a día Dios sigue llamando a sus escogidos. Un grupo no pequeño de los que responden al llamado viene de trasfondos muy oscuros: esclavos de adicciones, delincuencia, prostitución, etc. A ninguno debemos desechar, sino, por el contrario, acogerlos y guiarlos a la Verdad. Sin embargo, si, habiendo recibido la doctrina de la fe, alguno insiste en perseverar en su pecado, el bautismo no le debería ser administrado, hasta que se vean evidencias de un verdadero arrepentimiento, no porque haya que negárselo, sino porque se le estaría haciendo creer erradamente que es salvo, cuando no lo es, pues, ninguno que no haya mudado los inmundos ropajes del viejo hombre podrá entrar en el reino, y la fe que salva se evidencia por sus frutos.
 
*Jesús nos llama a no juzgar a los demás. Somos muy rápidos para juzgar a los hermanos, o personas de otras denominaciones, pero Pablo condena fuertemente esas prácticas diciendo: "Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme" (Ro 14:4).
 
Cada uno de nosotros es un siervo de Jesucristo, y no nos corresponde juzgar lo que hacen creyentes de otras iglesias, llámese católicos, testigos de Jehová, anglicanos, etc., porque sólo el Señor sabe quiénes son verdaderamente sus hijos, y Él los juzgará. Nuestro deber es llevar la Verdad a todo el que quiera oírla. Con seguridad, así como hay cizaña en medio del trigo, también hay trigo en medio de la cizaña. Cualquiera que haya entregado su vida a Cristo para servirle es lo que Pablo llama "criado ajeno", porque su amo es Cristo, no nosotros. 

 

La Carta de Repudio


Si un hombre casado halla en su mujer algo indecente por lo cual se desagrada de ella, le podrá entregar en su mano carta de divorcio escrita, y la expulsará de su casa. Ella podrá volver a casarse. Si el nuevo marido también la aborreciere y le entrega carta de divorcio, y la echa de su casa, o si el último marido fallece, el primer marido no podrá volver a tomarla como su mujer, porque la ha despreciado, y eso es abominación a Jehová, y no está permitido corromper la tierra que Dios les está dando para que posean. (24:1-4)

* Sobre la carta de repudio, Jesús aclaró que el divorcio no es la voluntad de Dios, y que Moisés lo permitió por causa de la dureza de corazón del pueblo. Dios siempre nos hizo saber que la unión en matrimonio es un acto sagrado, y que nada debería disolverlo, porque, al unirse sexualmente un hombre con una mujer forman una sola carne, y ya no son dos, sino uno. Pero también dice la palabra que la inmoralidad sexual es motivo de divorcio. De hecho, el adulterio es condenado a través de toda la Biblia.

El Apóstol Pablo también se refiere al matrimonio, diciendo, primero, que los creyentes no deben unirse en matrimonio con no creyentes. Sin embargo, también dice que, si alguien se hizo cristian@ estando casad@, y su cónyuge sigue siendo incrédulo, que no l@ abandone, a menos que el incrédulo se quiera separar; pero si el incrédulo quiere seguir unido en matrimonio con su cónyuge creyente, que no se separen. Pedro también hace mención al matrimonio entre incrédulos y creyentes, exhortando, en ese caso, a la esposa creyente, (pero también es aplicable al esposo), a esforzarse por mostrar una conducta integra, de modo que el esposo sea atraído a abrazar el Evangelio al ver el cambio que éste ha producido en ella 


Otras Leyes Humanitarias (24:5-22)


El hombre recién casado no será enviado a la guerra, ni se le impondrá ningún deber durante un año, pues tiene derecho a disfrutar de su mujer (5). Se prohíbe tomar en prenda las piedras del molino, porque es como tomar la vida del hombre (6). Si un israelita toma como rehén a un hermano para hacerlo esclavo o para venderlo, el tal debe morir, para quitar el mal de en medio del pueblo (7). Con respecto a la plaga de lepra, se deben observar diligentemente cada una de las instrucciones que Jehová dio a los sacerdotes para su manejo (8-9). Si alguien desea tomar prenda como garantía por un préstamo hecho a un hermano, no entrará a su casa para recibir la prenda; y si el deudor es pobre, y le ofrece su manto en prenda, no la retendrá al ponerse el sol, de modo que al pobre no le falte con qué abrigarse durante la noche; él lo agradecerá, y el Señor verá con buenos ojos esta acción (10-13). No se debe oprimir al jornalero pobre, sea hermano o extranjero. Se le pagará su jornal diariamente, pues su paga es su sustento para vivir, de lo contrario, si él ruega al Señor, el abuso será contado como pecado en contra del abusador (14-15). Ningún padre morirá por el pecado del hijo, ni hijo por el pecado del padre. Cada uno responderá por su pecado (16). Se debe respetar los derechos de los extranjeros, los huérfanos y las viudas, en memoria de que Israel fue rescatado de la esclavitud en Egipto. Por tanto, al segar el trigo de un campo, no hay que devolverse a buscar un manojo que haya quedado tirado, sino dejarlo para estos necesitados; asimismo, al sacudir los olivos, no recorrer cada rama, sino dejar algo para ellos. Lo mismo al vendimiar las viñas, no rebuscar, sino dejar para los extranjeros, huérfanos y viudas (17-22).


Sobre Variados Temas (25:1-16)


Cuando un caso deba ser visto por los tribunales, los jueces deberán absolver al inocente y condenar al culpable. Si se le indican azotes, se le aplicará una cantidad de acuerdo a su delito, pero no podrán superar los cuarenta azotes (1-3). No se debe poner bozal al buey mientras está trillando (4). Cuando una mujer enviudare sin hijos, no se casará con extraño, sino que su cuñado la tomará por mujer, y el hijo que nazca de su unión será primogénito del difunto, a fin de que su nombre no sea borrado de Israel. Si el cuñado se rehúsa a tomarla como mujer, ella lo acusará ante los ancianos en la puerta, quienes harán venir al acusado. Si éste insiste en su negativa, ella le quitará el calzado del pie, y le escupirá en el rostro, diciendo que se merece ese trato por no haber querido mantener casa familiar al hermano, y será conocida como "La casa del descalzado" (5-10). Si dos hombres riñen, y se acerca la mujer de uno de ellos para librar a su marido, extendiendo su mano y tomando con ella las partes vergonzosas del otro, no será perdonada, y se le deberá cortar la mano (11-12). En los negocios sólo se deben usar pesas justas si quieren prosperar, pues el Señor aborrece cuando se engaña con medidas falsas (13-16).

* La ley decía que el culpable de delito debía recibir cierta cantidad de azotes, de acuerdo a la gravedad de su delito, pero que el número de azotes no podían exceder de cuarenta. Aunque la Biblia no lo especifica, se cree que los azotes que Jesús recibió, cargando nuestra culpa, fueron treinta y nueve, de conformidad a esta ley. Pablo tampoco escapó de este tipo de tortura, y cinco veces, dice a los corintios, que recibió treinta y nueve azotes de parte de los judíos, por predicar el evangelio. 

** El Apóstol Pablo, en su carta a los corintios, explica que el mandamiento que prohíbe poner bozal al buey mientras está trillando, no se refiere sólo a los animales usados para arar la tierra, sino que está referido a los ministros que han recibido el mandato de proclamar el evangelio, los cuales tienen derecho a vivir de su trabajo, recibiendo de la grey para su sustento. Si se pone bozal al buey mientras ara, el animal estará impedido de comer de lo que se está sembrando, y eso lo debilitaría; lo mismo sucede con los siervos del Señor; si no reciben de las ofrendas para su sustento, se verán obligados a buscar un trabajo secular, paralelo a su trabajo como pastor, lo que los distraerá de su principal obligación, que es apacentar la grey de Jesucristo, "porque el que ara debe arar con esperanza, y el que trilla debe trillar con la esperanza de recibir de la cosecha" (1 Co 9:10 NBLA).
 

ORDEN DE EXTERMINAR A AMALEC


Por último,  Moisés manda a Israel recordar lo que hicieron los amalecitas contra ellos cuando venían saliendo de Egipto, quienes, sin mostrar ningún temor a Jehová, les salieron al encuentro y, aprovechándose de su agotamiento físico y mental, los atacaron por la retaguardia, e hirieron a los más débiles. Por tanto, en cuanto se establezcan en la tierra prometida, no deben olvidar que se debe borrar todo rastro de Amalec bajo el cielo  (25:17-19).

* Amalec es el primer enemigo que debió enfrentar Israel luego de su redención de Egipto. La guerra entre Israel y Amalec es como la guerra que se libra entre los deseos de la carne y los deseos del espíritu en el creyente: no cesarán mientras estemos en estos cuerpos carnales, donde yacen los residuos del pecado. Cristo nos liberó de la esclavitud del pecado, y nos dio una nueva vida en el espíritu; por tanto, no debemos permitir que el pecado vuelva a reinar en nosotros, pues, nos hacemos esclavos de aquello a lo que obedecemos, y nosotros no fuimos rescatados para seguir sirviendo al pecado, sino para poner todo lo que somos al servicio de nuestro Señor. Día tras día, cada uno de nosotros debe procurar hacer morir todo rastro de nuestra anterior vida de pecado, y ofrecer lo que resta de nuestras vidas en estos cuerpos, como sacrificio santo, para la gloria de Dios en Cristo Jesús.

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