(Nota: Los párrafos en negrita son un resumen de los versículos bíblicos que se están estudiando (identificados al pie de cada párrafo); los textos en cursiva son los comentarios que surgen a partir de esos textos. Para ir al link de respaldo bíblico o de apoyo, hacer click en los enlaces.)
[Comenzar en Deuteronomio Parte I]
JEHOVÁ TENDRÁ CUIDADO DE LA TIERRA
Moisés recalca a los hijos de Israel lo importante que es que amen a Jehová y guarden sus mandamientos, pues, no sus hijos, sino ellos mismos fueron testigos de todas las maravillas hechas por Dios: de cómo los liberó de la esclavitud en Egipto; de cómo las aguas del Mar Rojo tragaron al ejército de Faraón; así como también conocieron la disciplina del Señor cuando fueron desobedientes en el desierto. Les dijo que, los mandamientos que recibieron tienen por objeto hacerlos más fuertes, a fin de que puedan entrar y tomar posesión de la tierra que Jehová prometió dar a los padres; una tierra de la cual fluye leche y miel. La tierra nueva no es como la de Egipto, que al sembrarla necesitaba ser regada. Esta tierra, llena de montes y vegas, se riega con las aguas de la lluvia del cielo. Jehová mismo cuidará de ella durante todo el año. Si aman a Jehová con toda su alma y con todas sus fuerzas, y ponen por obra sus mandamientos, Jehová dará la lluvia temprana y tardía, y sólo tendrán que recoger el grano, el vino y el aceite, y sus animales se alimentarán de la hierba de los campos que Jehová dará. (11:1-15).
* Hay quienes creen que los mandamientos de Jehová son molestos, y que son una carga para nuestros hombros, sin embargo, están hechos sobre la base del amor. Dios es amor, y todo lo que Él pide es que andemos en amor. Si andamos en amor, es decir, según sus mandamientos, como dice Moisés en estos versos, seremos fortalecidos y nada nos faltará. El apóstol Juan dice algo similar: "todo lo que pidamos lo recibimos de Él, porque guardamos Sus mandamientos y hacemos las cosas que son agradables delante de Él. Y este es Su mandamiento: que creamos en el nombre de Su Hijo Jesucristo, y que nos amemos unos a otros como Él nos ha mandado" (1 Jn 3:22-23). Jesús también nos dijo que si nos ocupamos en buscar el reino de Dios y su justicia, todas las cosas que necesitamos para vivir nos serán añadidas.
** Los primeros cinco mandamientos nos hablan de la fidelidad que debemos a nuestro Dios y Padre: No debemos hacernos otro dios, porque no hay otro. Sólo Jehová es Dios vivo y fiel. Nada ni nadie más debe ocupar el primer lugar en nuestro corazón, porque lo estaremos entronando en el lugar en que sólo Dios debe reinar. Jehová es Espíritu, por tanto, no debemos hacernos imagen sobre Él. Nuestro amor a Dios debe nacer de la fe. Él nunca se dejó ver; por tanto, crear imágenes de Él está prohibido, y mucho menos adorarlas y/o atribuirles el poder de Dios.
Su Nombre es YO SOY (YHWH como lo escribían los hebreos, que derivó en Jehová para nuestra lengua). En su Nombre se reúnen todos los atributos de nuestro Dios, por tanto, es sagrado, y debe ser santificado. No tenemos derecho a reemplazar su Nombre ni a simplificarlo, porque Dios mismo, cuando se dio a conocer a Moisés, dijo: "Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros", y agregó: "Este es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos" (Ex 3:13-14, 15). No obstante, vemos en las nuevas traducciones bíblicas que Su Santo Nombre, en todas sus formas (YHWH, Elohim, Adonay) fue reemplazado por la expresión "Señor", sustitución respecto de la cual, imagino, que llegará el día en que habrá que dar explicaciones.
En cuanto al día de Reposo, es el día que hizo el Señor para darnos descanso. Entramos al reposo de Dios cuando nos rendimos ante nuestro Señor Jesucristo, en quien Dios se propuso reunir todas las cosas, para el día de la restauración final. A Él debemos honra y gloria. Estos primeros cinco mandamientos se resumen en el precepto: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente".
Los restantes mandamientos se refieren a nuestra relación entre hermanos, y se resume en el mandamiento: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo" , que es lo mismo que decir: "hagan a los demás como quieren que hagan con ustedes".
Por tanto, dice Moisés, deben cuidar que su corazón no se envanezca, y caigan en idolatría, sirviendo a dioses ajenos, porque provocarán la ira de Jehová, quien cerrará los cielos, y la tierra no dará su fruto, y perecerán antes de tiempo en la buena tierra que van a poseer. Para evitar eso, deberán grabar estas palabras en su corazón y en su alma, "las ataréis como señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos. Y las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes, y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas". Así, tanto ellos, como sus hijos, vivirán muchísimos años en la tierra prometida. Si aman a Jehová, y le sirven andando según su Voluntad, Jehová expulsará las naciones que ocupan esos territorios, y todo territorio que pisen sus pies será para los hijos de Israel. Dijo Moisés: "He aquí yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición: la bendición, si oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, que yo os prescribo hoy, y la maldición, si no oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, y os apartareis del camino que yo os ordeno hoy, para ir en pos de dioses ajenos que no habéis conocido". Cuando entren a poseer la tierra prometida, pondrán la bendición en el monte Gerizim, y la maldición en el monte Ebal, que están cruzando el Jordán. (11:16-32)
* La única forma de saber cuál es la Voluntad de nuestro Dios para nosotros es conociendo su Palabra. Los hebreos tomaron literalmente estas palabras de Moisés, y efectivamente ataron los mandamientos a su brazo, y pusieron unas cajitas que los contenían en su frente, pero no se trata de usar la Palabra como ornamento, sino de estudiarla, grabarla en nuestra mente, y actuar según ella, para que nos vaya bien. Si somos hacedores de la Palabra, y no nos quedamos en sólo gestos de buena intención, seremos bendecidos, pero si la ignoramos, recibiremos las consecuencias de esa rebelión.
LUEGO DE CRUZAR EL JORDÁN
Lo siguiente es lo que Jehová manda a Israel hacer mientras vivan en la tierra que estaban por recibir en herencia: deberán destruir todos los lugares donde los antiguos moradores sirvieron a otros dioses. En cuanto a las cosas consagradas a Jehová: los holocaustos, sacrificios, diezmos, ofrendas y votos, sólo podrán ofrecerlos en el lugar escogido por el Señor entre las tribus para poner su nombre. Allí disfrutarán de la obra de sus manos en la presencia del Señor, y podrán comer y compartir con sus familias, siervos y los levitas que habitaren en sus territorios, a los cuales no deben desamparar, por cuanto no tienen herencia en las tierras. Con todo, podrán sacrificar y comer de sus animales libremente en sus territorios, según Jehová les haya bendecido, pero no deberán comer la carne con su sangre, la cual derramarán sobre la tierra. Queda absolutamente prohibido seguir las costumbres de los antiguos habitantes de esas tierras, y caer en idolatría, o practicar las formas de adoración de esas naciones para servir a Dios, pues lo que ellas hacían es abominación al Señor. Además, tienen prohibido añadir o quitar a los mandatos de Jehová. (12:1-32)
* Los levitas eran los servidores en el templo de Dios, y cada tribu tenía por obligación disponer parte de sus tierras para uso de los sacerdotes y levitas. Ellos no recibirían herencia en la tierra prometida, porque YHWH mismo sería su posesión y su herencia. Por este motivo, dado que su trabajo consistía en hacer de puente entre Israel y su Dios, toda ofrenda presentada por el pueblo al Señor pasaba a ser la provisión de Dios para los descendientes de Leví.
Así como Jehová ordenó a Israel no desamparar a los levitas que habitaban entre ellos, la iglesia del Señor también debe guiarse por este principio, pues, Jesús mismo dispuso que los que anuncian el evangelio, vivan del evangelio. Por tanto nuestras ofrendas deben ser generosas, teniendo en consideración que la iglesia necesita un presupuesto que alcance, no sólo para llevar a cabo las obras al servicio del Señor, sino que provea para todas las necesidades de nuestros pastores y ancianos, evitando así que, por falta de recursos, ellos tengan que distraerse con trabajos seculares, y no ejercer con total dedicación su principal tarea, que es apacentar la grey del Señor.
CONTRA EL PECADO DE IDOLATRÍA
También les advierte contra la idolatría. Les llama a no dejarse engañar por profetas o soñadores, que les inciten a adorar dioses ajenos, aun si lograran hacer señales prodigiosas, pues, es una prueba que Jehová permite para saber si efectivamente le aman a Él con todo el corazón y con toda el alma; pues, sólo a Jehová deben seguir, obedecer, servir, cumplir sus mandamientos, y permanecer siéndole fiel. A nadie más deben rendir culto. Al tal profeta deben dar muerte, por incitar al pueblo a rebelarse contra Jehová, que los sacó de Egipto. Asimismo, si algún pariente les incita a adorar dioses ajenos en secreto, no deben consentir, sino denunciarlo, para darle muerte por lapidación, a fin de que sirva de ejemplo a todo el pueblo para que tema y no peque. Del mismo modo, si de alguna de las ciudades que habitarán llegase el rumor de que han surgido de en medio de ella hombres perversos que incitan a adorar dioses ajenos; luego de indagar cuidadosamente, si se comprueba tal pecado, deben destruir la ciudad completa, y matar a todos sus habitantes, incluidos los animales, y prenderle fuego, sin que nada de ella sea rescatado como botín, a fin de que la ira de Jehová no caiga sobre sus cabezas. (13:1-18)
* Si trasladamos estos mandamientos al tiempo presente, a la era de la gracia, el llamado es a no dejarse engañar por medio de filosofías, y huecas sutilezas que parecen tener algo de verdad, y a escapar del pecado que domina al mundo. No sólo en el ámbito espiritual se levantan falsos profetas y gurúes, que hacen creer al hombre que es un pequeño dios, capaz de hacer realidad todos sus deseos mundanos; sino también en la vida diaria los humanistas instalan en el consiente colectivo ideas que van contra la ley de Dios, como lo son el aborto, identidad de género, libertinaje sexual, y todo tipo de pensamientos que relativizan el bien y el mal, haciendo que los hombres caigan en pecado contra sí mismos y contra Dios.
PROHIBICIONES, PERMISOS Y OBLIGACIONES
Porque son un pueblo apartado para Jehová, no deberán raparse ni hacerse cortes en la piel en honor a algún muerto. En cuanto a la alimentación, sólo les está permitido comer animales que rumian y que tienen la pezuña partida; ambas características incluidas; si rumia y no tiene la pezuña partida es inmundo, y si tiene la pezuña partida, pero no rumia es inmundo. No se debe cocer al cabrito en la leche de su madre. Sólo podrán comer aves limpias. En cuanto a animales acuáticos, sólo podrán comer animales que tengan aleta y escamas. Ningún insecto alado podrán comer. Todo lo demás se considera animales inmundos. Con respecto a los diezmos, cada año deberán apartar la décima parte de lo que produzcan sus campos, y sus animales, y lo deberán comer en la ciudad donde Él Señor decida que su nombre sea honrado. El que vive lejos del lugar escogido por Dios, puede vender lo producido en su ciudad, y llevar el dinero reunido a donde se debe adorar al Señor, y allí adquirir para sí todo lo que desee para disfrutarlo junto a su familia. Cada tres años, reunirá el diezmo de ese año, y lo guardará en sus ciudades, para darlo a los levitas, quienes no reciben herencia en la tierra, y a los extranjeros, viudas y huérfanos que vivan en su ciudad, a fin de que coman de él, y así Dios bendecirá el trabajo de sus manos. (14:1-29)
* Con respecto a los animales puros e impuros, cuando nos vamos al Nuevo Testamento, podemos comprender que, tras la prohibición de comer ciertos animales subyacía algo mayor. No pocos son los lugares en las Escrituras donde se usa animales para simbolizar a personas de ciertas características, lo cual queda especialmente en evidencia en la visión que tuvo Pedro cuando Dios le da a conocer que había llegado la hora de llevar el Evangelio a los gentiles. En la visión Dios muestra a Pedro un lienzo en el que hay todo tipo de animales impuros, y dice a Pedro: "mata y come", y Pedro responde que no lo hará porque nunca ha entrado a su boca nada impuro, y el Señor le responde. "No llames impuro lo que yo he santificado". Posteriormente, Pedro comprende que el Señor lo estaba enviando a anunciar la buena nueva al resto de las naciones.
El cerdo, por ejemplo, es un animal reconocido, porque disfruta revolcarse en la basura. Hay personas de características similares, que viven en pecado, pero no se incomodan, sino que lo disfrutan. En cuanto a los animales que Dios permitía comer, están los de pezuña partida, que rumian. La doble pezuña simbolizaría el equilibrio que debe tener el creyente entre su vida espiritual y su vida aquí en la tierra. Rumiar se refiere a estar constantemente meditando en la Palabra de Dios. Por tanto, el mandato es a no dejarse influenciar por los que viven en pecado, ni seguir sus ejemplos, y sí procurar la compañía de aquellos que viven conforme a la Voluntad de Dios, e imitarlos, meditando todo el tiempo en las enseñanzas de las Escrituras.
REMISIÓN
Cada siete años se hará remisión. Esto quiere decir que, toda deuda que haya entre los hijos de Israel, deberá darse por saldada al séptimo año. Si el que debe es un extranjero, se deberá pedir el reintegro del préstamo. Sin embargo, no deberá haber necesitados entre los hijos de Israel, por tanto, el que viere a su hermano tener necesidades, deberá procurarle lo que necesita, porque Jehová dará a su pueblo, que oye y guarda todo lo que el Señor le ordena, todo lo necesario, y en abundancia, para que tenga un buen vivir en la tierra que les dará por herencia. De hecho, Jehová les habrá bendecido al punto que Israel prestará a las naciones, pero no necesitará pedir prestado de ellas; asimismo, Israel se enseñoreará de las naciones, pero las naciones no podrán someter a Israel bajo su dominio. (15:1-11)
* El séptimo año es el año del perdón. La oración que Jesús enseñó a sus discípulos dice: "Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores" (Mt 6:12). Perdonar es un mandato, sin embargo, perdonar es una forma de sanar también. El que guarda rencor sufrirá tanto o más que aquél que no ha sido perdonado. Alguien dijo que guardar rencor es como tomar veneno esperando que el otro muera.
** En cuanto a las deudas, Pablo llamó a los creyentes a pagar las deudas, los tributos, impuestos; y a no deber nada a nadie, sino respeto, honra, y amor.
EL SIERVO FIEL
En cuanto a los hebreos que se hayan sometido como siervo a otro hebreo, al séptimo año podrá recuperar su libertad, y el que lo tomó por siervo, no lo despedirá con las manos vacías, sino que le dará de todo aquello con que Jehová le haya bendecido a él, teniendo en memoria que alguna vez también fue esclavo en Egipto, y que Jehová lo rescató de allí. En caso de que el esclavo manifieste su deseo de permanecer siendo su siervo, el amo deberá horadar su oreja en la puerta de la ciudad, como testimonio público, de que será su siervo para siempre. Lo mismo hará con su criada. Pero si el siervo decide partir, el amo no debe lamentarse, pues el siervo ha trabajado por seis años para él, por la mitad del precio de un jornalero. Además, Jehová lo bendecirá en todo lo que hiciere. (15:12-18)
* Horadar la oreja de un siervo era señal de que el tal había determinado voluntariamente seguir sirviendo a su Señor. Cuando Jesús fue enviado a la tierra, él dijo a su Padre: "Sacrificio y ofrenda no te agrada; has abierto mis oídos; holocausto y expiación no has demandado. Entonces dije: He aquí, vengo; en el rollo del libro está escrito de mí; el hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón" (Sal 40:6-8). Jesús vino a hacer la perfecta Voluntad del que lo envió. Él era el siervo de Dios anunciado por los profetas, pero también es Dios con nosotros.
CONSAGRACIÓN DE PRIMOGÉNITOS DE ANIMALES
Deberán consagrar a Jehová todo primogénito macho de sus manadas y rebaños. No deberán usar los primogénitos de las vacas para hacer trabajos, ni trasquilarán los primogénitos de sus ovejas, sino que serán sacrificados a Jehová, y comerán su carne en familia, delante del Señor, en el lugar que el Señor haya escogido. Si el animal tiene algún defecto no será sacrificado a Jehová. Tanto las personas puras como impuras podrán comer del animal dentro de la ciudad donde habiten, pero no lo comerán con su sangre, sino que la derramarán como agua sobre la tierra. (15:19-23).
* El animal con defecto sacrificado a Jehová equivale a esas personas que creen que son salvas, porque recitaron una oración, pero no se han arrepentido de su pecado. La ceguera, la cojera, o cualquier otro defecto del animal hace referencia a aquéllos que no ven su pecado, ni sus caminos son derechos, o que no entienden el mensaje del Evangelio, por tanto, no honran la cruz de Jesús y lo que Él hizo por nosotros.
LAS FIESTAS ANUALES
Tres veces al año habrá fiestas solemnes a Jehová, las cuales se celebrarán en la ciudad escogida por Jehová para que habite allí su nombre. Cada mes de Abib deberán conmemorar la Pascua, para recordar la noche en que Jehová los sacó de Egipto,
sacrificando un animal y comiendo pan sin levadura por siete días. El séptimo día será fiesta solemne al Señor, y no se trabajará. También celebrarán las fiestas de
las semanas, para lo cual deberán contar siete semanas desde que
comience la cosecha, y presentarán a Dios ofrenda voluntaria, en proporción a las
bendiciones recibidas por Él, y disfrutarán los padres junto a los hijos, sus siervos y siervas, levitas y extranjeros, huérfanos y viudas que habiten en medio de ellos. Por último, la fiesta de las Enramadas, que tendrá una duración de siete días, cuando hayan hecho las cosechas de sus eras y lagares, para celebrar con alegría toda la bendición recibida de Jehová. Participarán de esta celebración los padres junto a los hijos, sus siervos y siervas, levitas y extranjeros, huérfanos y viudas que habiten en medio de ellos. Todo varón se presentará a estas fiestas con las manos llenas, en conformidad a la bendición que Dios les haya dado durante el período. Nadie llegará con las manos vacías. (16:1-17).
* Como podemos ver, la prosperidad del creyente depende de Dios. Nadie podrá decir que, gracias a su esfuerzo logró tener bienes, pues, Dios es el dueño de toda la tierra en toda su plenitud. Él es nuestro proveedor. Nuestro único esfuerzo es ser fieles al Señor, y andar conforme a su voluntad. Así Él hará que el fruto de nuestro trabajo sea abundante y suficiente para el bienestar de nuestras familias.
LA JUSTICIA Y LA IDOLATRÍA
En cuanto a la administración de la justicia, se deberá nombrar jueces en las ciudades que Jehová les dará a cada tribu, quienes deberán juzgar con juicio justo. No deberán torcer el derecho, ni hacer acepción de personas, ni recibir soborno, porque el soborno pervierte las palabras de los justos y ciega a los sabios. Queda prohibido plantar árboles para Asera junto al altar del Señor, o levantar estatuas, lo cual el Señor aborrece. (16:18-22)
* El sincretismo religioso es muy común por estos días. Muchos dicen ser cristianos, pero al mismo tiempo, confían en amuletos; se dejan guiar por horóscopos; buscan soluciones en las cartas, etc. Todo esto equivale a plantar un árbol para Asera junto al altar del Señor, o erigir una estatua de un falso dios. El único Dios verdadero no acepta que tengamos dioses ajenos, ni que nos inclinemos ante ellos.
No deberán ofrecer animales defectuosos en sacrificio, porque es abominación a Jehová. Cuando estén habitando las ciudades, si llega el rumor de que un hombre o mujer está sirviendo a dioses ajenos o se inclina ante ellos, deberá indagarse la efectividad de la información, y resolver luego de tener el testimonio de dos o tres testigos. Habiendo sido confirmada la acusación, el inculpado será lapidado hasta la muerte. Los primeros en arrojar piedras serán los testigos, y luego el pueblo le seguirá. De ese modo, se evitará que el mal se propague en el resto de la población. Cuando hubiere casos difíciles de juzgar, éstos serán presentados ante un tribunal, compuesto por los sacerdotes levitas y el juez designado por esos días, en el lugar señalado por Jehová, y ellos darán sentencia, la cual deberá ejecutarse tal como fue dictada. Si alguien desobedece, el tal morirá. Así se evitará que el mal se propague en el pueblo. (17:1-13).
* Para resolver sobre cualquier situación que afecte a una persona, la ley manda contar con el testimonio de dos o tres personas. Nosotros también contamos con tres testigos que nos absolverán de ser condenados al momento de enfrentar el juicio: el agua del arrepentimiento; la sangre que expió nuestro pecado, y el Espíritu Santo con que fuimos sellados.
UN REY ESCOGIDO POR JEHOVÁ
Si al tomar posesión de la tierra deciden tener un rey, como el resto de las naciones, éste será escogido por Jehová de entre los hermanos hebreos. No podrá ser un extranjero. Además, el rey no deberá aumentar el número de sus caballos, ni hará volver al pueblo a Egipto a fin de adquirir más caballos, pues, Jehová ya les advirtió que no debían volver por ese camino. Él rey no tomará para sí muchas mujeres, ni amontonará oro y plata, a fin de que su corazón no se desvíe. En cuanto asuma el trono, deberá hacer una copia de la ley para sí, para leerla a diario, y así aprender a temer a Jehová, y a poner por obra todo lo que la ley manda, de manera que no se crea superior a sus hermanos, y así, tanto él como sus hijos prolongarán sus días de reinado en medio de Israel. (17:13-20).
* El rey Salomón ha sido el hombre más sabio que jamás ha nacido. Además, ha sido uno de los reyes más ricos que ha existido, sin embargo, no fueron las riquezas las que lo hicieron desviarse del camino, sino su debilidad por las mujeres. Su primera esposa fue la hija del rey de Egipto, pero no fue la única extranjera. Salomón amó a muchas mujeres provenientes de distintos pueblos idólatras, que lo hicieron extraviarse, (tuvo setecientas esposas y trescientas concubinas). Esta rebeldía contra lo mandado por Jehová lo llevó a cometer muchas maldades: se apartó del Señor, y comenzó a adorar dioses ajenos, e incluso, mandó a construir altares para que sus esposas quemaran incienso y ofrecieran sacrificios a sus dioses.
LA HERENCIA DE LOS LEVITAS
Los Levitas no recibirán herencia en la tierra, y vivirán de las ofrendas presentadas por fuego, pues su herencia es el Señor, y fueron escogidos por Él para ministrar en el templo. Ellos tendrán derecho a recibir de los bueyes y corderos sacrificado por los hijos de Israel. Además, recibirán de las primicias de sus granos, del vino y del aceite, y de las primicias de la lana de las ovejas. Los levitas que salgan de sus ciudades a otro lugar escogido por Jehová para ministrar, lo harán en el nombre del Señor su Dios, como lo hacen todos sus hermanos levitas que estén allí delante del Señor. Además de sus patrimonios, recibirán para comer una ración igual a la que reciben los demás levitas del lugar al que llegan. (18:1-8)
ADVERTENCIAS CONTRA LA IDOLATRÍA
También les advierte contra la idolatría. No imitarán las costumbres paganas de las naciones que han habitado en la tierra que recibirán en herencia, las cuales Jehová va a expulsar precisamente por esas abominaciones. No harán pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni practicarán la adivinación, ni consultarán a agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni nadie que se comunique con los muertos. (18:9-14)
* De más está decir que esta advertencia no era sólo para el pueblo hebreo. Ningún creyente debe poner su confianza en algo diferente de la Palabra de Dios. Incluso apostar a los juegos de azar significa que la persona está poniendo su fe en el lugar equivocado. Buscar soluciones fuera de Dios es idolatría y falta de fe en quien es nuestro único sustentador.
EL PROFETA AL QUE DEBERÁN OÍR
Moisés les comunica que Dios levantará un profeta como él, atendiendo a lo que solicitaron en Sinaí, cuando temieron por sus vidas, ante la magnificencia de Dios. El Señor dijo: "Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare. Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta". Todo profeta que diga que habla en nombre de Jehová, no siendo verdad, o que hable en representación de falsos dioses, morirá. ¿Cómo se puede reconocer a un falso profeta? Si lo que dice no se cumple, entonces no es profeta de Jehová. No hay que temerle. (18:15-22).
* Jehová levantó varios profetas en Israel, tratando de hacer volver al pueblo rebelde de su maldad, pero a todos los torturaron y mataron, y cuando el tiempo se cumplió, envió a su propio Hijo, del cual dio testimonio diciendo: "Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd" (Mt 17:5). Todo el que rechace a Jesús, que niegue que es el Hijo de Dios, el Ungido, no entrará al Reino de los cielos, en otras palabras, el que no cree será cortado de Israel.
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